Jodidos Inc.

Ya se acabó el esperpento desgraciado que conocian anteriormente como adrian y que desde ahora en adelante conocerán como el esperpento desgraciado "Stéfan el bravucón". Una de las pocas personas que concuerdan con la opinión de que el el magenta es como el rojo, pero más rojo que el rojo ó que la biblia es como un cuento de gualdisnei mal contado pero con personajes bien barbones. Decidido a iniciar una batalla contra su rival más encarnizado "Cuaadindie man" formado por los egos unidos de todos esos cuaadies, cedarteños, filosofanos, escribientes de la carrera de letras, artesanos videoinstaladores, borrachos snob-nifadores de rayas de coca cortada con sal de uvas picot, caavezones emo-cionalmete punketos, performarcianos happenienses, contraculturosos y demás y convertido en un ser mostroso del tamaño de Guadalajara, ojos de pan salado, dedos de limonada, veromanitas, cabello de pelo-rico, patitas de puerco (pero de puerco bonito, tipo babe) y cuerpo de serpiente que se acaba de tragar una cacalota (para despistar). uniformado con camisetas Leporino (o en el mejor de los casos ¿o peor? un camiseta con tipografía en serif que dice CALOSTRO pero con k), tenis tipo converse (pero piratas por eso de la independencia anárquica autogestionaria, que nada que ver... pero en fín) sin calcetines tipo mallami vais y el pelo cortado por si mismo plus una trenza de hemp rosita hecha por su señora "alternatindie grrrl". Ah si, a veces una pantalón a cuadros de esos que usan los golfistas (en casos extremos o de gala ni siquiera usa). (Esas ocasiones en que su señora lo acompaña vestida de vestido de bolitas rosas, tenis de botita con calentadores encima, un tupé de 18 cm de diametro, labios exageradanete rojos, pelo planchado con rayitos rosas, verdes y amarillos y cinta aislante en los pezones para cuando se ponga divertida la fiesta).

El momento decisivo para emancipar mi personalidad a un nivel mas allá de lo evidentemente estúpido y falaz y optar por la lucha sin cuartel contra la alternativosidad presente e inmanente (¡Dios me libre!) anidada en mi cabecita que poco a poco se ha de quedar calva, se presentó en el momento en que conté mas de 17 cucarachas dentro del pinche baño de mi cuarto: un par de ellas estaban fornicando, cuatro se histerizaron dentro del lavabo sin saber pa´donde correr en el momento en prendí la luz del guater room, otra que pise y parecia tener un espíritu combativo tipo soldado ryan pues aún destripada se arrastrba muuuuuuuuuuy lentamente en busca de la salvación. Un puño de cucarachitas bebes me dieron asi como ternurita, sin embargo, antes de dejarlas huir hacia la libertad se presentó la imagen de mi jefa asi como en globito de pensamiento de comic diciendo: "Por cada cucaracha que veas caminando otras 25 se encuentran escondidas en la oscuridad" tipo anuncio de bajo presupuesto televisivo y ante tan preocupante y desconcertante revelación me puse las chanclas cual guantes y comencé a aplastar a esas pequeñas que se escurrian por la pared del cuarto sin misericordia alguna. Entonces desperté bañado en sudor con los sobacos todos apestosos y la almohada bañada en babas. Ése mero... fue el momento de reaccionar y hacer algo al respecto.

Por eso, desde el próximo lunes a primera me integraré al sector económicamente activo convirtiendome en "Chicooooooo MACdoooooonals" (A.K.A. Adrian, A.K.A. Stefán el blablablá. A.K.A. Etcétera, A.K.A Pinpollito de sololoi, et,etc...) Y desde el flanco de derecha me manifestaré en silencio contra los indies que quieren sobrevivir de su arte realizando un performance diario en el que por 7 horas de trabajo hamburgueseril se me pagarán ocho pesos con cincuenta y siete centavos la hora, cantidad que resulta bastante generosa en comparación con lo que pagaría por la vida de una de esas infectas personitas.

¡Cuaadindie man: Voy por tí!